No sé por qué, las albóndigas es una de las comidas que me da pereza hacer, a lo mejor es porque cuando era pequeña no me gustaban especialmente, no lo sé, el caso es que las hago muy pocas veces, y eso que ahora me gustan mucho más que de pequeña (bueno, como casi todo, porque soy una tripera, je, je..) y a mis hijas y a mi marido, cuando las hago, les encantan. El caso es que hoy las he hecho, les he sacado la foto, y aquí dejo la receta. Por cierto, estaban buenísimas.
INGREDIENTES:
500 g. de carne picada.
Un huevo batido.
Una rebanada de pan de molde.
Un chorrito de leche.
Un ajo muy picadito.
Perejil muy picadito.
Vino blanco.
Sal.
Para la salsa:
Media cebolla.
Un ajo.
Champiñón.
1 cucharadita de harina.
Vino blanco, coñac, agua y sal.
PREPARACIÓN:
La masa de las albóndigas se debe hacer el día anterior, para que se mezclen bien los sabores; se bate un huevo en el recipiente donde se vaya a hacer, se añade un chorro de leche y la rebanada de pan de molde troceada, machacándola con un tenedor para que se deshaga. Se pone la carne picada, con el ajo y el perejil, el vino blanco y la sal, se revuelve todo bien y se mete en la nevera. Al día siguiente, se enharinan y se fríen en aceite. La salsa se hace rehogando la cebolla picada, cuando está a medio dorar, se añade el ajo en láminas, se deja hacer y se echa la harina, se da unas vueltas y se echa el champiñón troceado, agua, un poco de vino blanco, coñac y sal. Se deja cocer unos 10 minutos y se incorporan las albóndigas, dejándolas cocer otros 5 minutos más. Se acompañan con unas patatas fritas en cuadraditos.